Hay quien tiene el poder de hacer magia, de atraparte en un espacio entre la realidad y los sueños; de entrar con dedos ágiles hasta el último recoveco de tu alma y hacerte temblar de emoción. Ante maravillas como las que hace Wim Mertens alguien podría creer que está sentado en una butaca escuchándolo… Mentira. Tu cuerpo puede que esté ahí, sacudido por la emoción, con las lágrimas deslizándose por tus mejillas con el sonido de “Struggle for Pleasure” o “Close Cover” de fondo. Pero lo que en verdad eres, el corazón no hecho de carne, sino el que es capaz de amar, el que recuerda, el que sufre… no se encuentra amarrado a la tierra, sino que vuela tras la poderosa melodía que un cerebro maravilloso creó. Así, lo tangible se desvanece y los sueños se antojan posibles. La magia existe.